viernes, 30 de abril de 2021

Ludosofía o filosofía del juego.

Talleres para filosofar con otros.

“La madurez del hombre es haberse reencontrado, de grande,
con la seriedad que de niño tenía al jugar”[1]

Como escenario de actuación de la filosofía en contexto diverso, proponemos pensar una filosofía del juego, una “Ludosofía”. A partir del siguiente trabajo describiremos las características de esta modalidad de enseñanza de la filosofía y cuáles son sus fundamentos.  

¿Qué es enseñar filosofía?


La pregunta por la enseñanza de la filosofía ha de ser un problema desde la antigüedad hasta hoy, que incluso aun no se encausa en una sola respuesta y es posible que cada profesor que dicte filosofía, pondrá esbozar la suya propia cargado esta actividad con una completa trama de significaciones.
Para uno de los pensadores de la enseñanza de la filosofía de nuestro tiempo, Alejandro Cerletti[2], el paso previo a esta pregunta es definir eso que queremos transmitir (por decirlo de algún modo) que es Filosofía. Como verás ya estamos identificando y delimitando la pregunta por este tipo de enseñanza de modo que para esta autor ya estamos en condiciones de manipular: “nos avocamos a definir la filosofía deberemos redefinir qué significa enseñarla ya que cada caracterización juzgaría la posibilidad de su transmisión”. Tenemos una intencionalidad presente en la tarea de enseñar, siempre que se enseñar hay atrás un intención político, en pos del bien común.  
Por otro lado, enseñar filosofía históricamente ha tenido dos declives entre enseñar filosofía propiamente, visto como la enseñanza de la historia de la filosofía y enseñar a filosofar, generar propuestas que se pongan en situación a los sujetos de generar un pensamiento filosófico. Partiendo de la idea de que cuando se habla de “aprender filosofía”, en el sentido en que Descartes emplea la expresión, se puede lograr el acceso a la filosofía por medio de un estudio de la historia de la filosofía, dicho de otro modo, “aprendiendo acerca de la filosofía podemos aprender a filosofar”.


Ludosofía
El juego es mucho más que una actividad de niños, jugamos en infinitas situaciones de nuestras vidas, así no lo estemos reconociendo. Jugamos con roles, jugamos con elementos que nos trasladan a otros universos. Y desde una mirada escolar, es decir con carácter didáctico, es una estrategia, un conjunto de decisiones y acciones orientadas a favoreces el aprendizaje. El juego que tiene un objetivo dentro del aprendizaje, posee una estructura reglada que incluye varias características: momentos de acción pre-reflexiva y de simbolización o apropiación abstracta-lógica de lo vivido para el logro de objetivos de enseñanza curriculares, cuyo objetivo último es la apropiación por parte del jugador, de los contenidos fomentando el desarrollo de la creatividad[3]. Usar una estrategia de características didácticas consta de objetivos que están dirigidos hacia la ejercitación de habilidades en determinada área, en nuestro caso hacia el pensar filosófico.
Nuestro mundo adulto entiende al juego como no serio, poco importante, como algo insignificante, propio de los niños, digno de desestimar, ó como un simulacro infantil de las actividades de la vida, La creatividad con cierto grado de ausencia en los adultos, abre nuevos mundos.  “pero no hacen parte de la realidad´”[4], frente a lo cual el pensador alemán Martin Heidegger acude a una reflexión decisiva: “Si es un privilegio del niño el jugar esto no significa que el juego pertenece en cierto modo al hombre. Quizá el niño sólo sea niño porque en un sentido metafísico es algo que nosotros los adultos hemos dejado de entender ya”[5]
“Jugar es un libre configurar, un libre formar, que tiene su propia concordancia interna, en cuanto que ese formar se da a él a si mismo esa su concordancia interna en el propio juego”(…) “Puesto que nos encontramos en un determinado juego siempre ya estamos obligados a jugar”[6]
Jugar nunca es entonces, una manera de actuar frente a un objeto, ni en general es un simple comportamiento, sino que el jugar del juego y el juego del jugar “el juego que se juega y el juego en que jugar ese juego consiste, es sobre todo y originalmente un pasar, un suceder, un acontecer que en sí es indivisible e inseparable.[7]
 “La correlación de lo múltiple y de lo uno, del devenir y del ser, forma un juego. Afirmar el devenir, afirmar el ser del devenir son los dos momentos de un juego, que se componen con un tercer término, el jugador, el artista o el niño. El jugador-artista-niño, Zeus-niño: Dionysos, al que el mito nos presenta rodeado de sus juguetes divinos. El jugador se abandona temporalmente a la vida, y temporalmente fija su mirada sobre ella…”[8]

Contexto diverso

Los ámbitos donde esperamos encontrarnos con Filosofía son muy reducidos, y en su  mayoría la encontramos en ámbitos académicos: escuelas, profesorados, universidades, y muchas otras instituciones. La diversidad siempre es en “relación de”, significa que  es diferente, no se parece o tiene otras características de lo habitual. Por eso podemos plantear sobre este criterio de normalidad de los ámbitos de presencia de la filosofía que la Ludosofía hace un paso al costado, y entrar a pensar la filosofía en un contexto diverso al habitual. Lo diverso debe traspasar los límites tradicionales de la enseñanza de la filosofía, debe crear sentidos, y de alguna otra forma crear nuevos caminos para el pensar. Los contextos diversos quedan punteados por las características opuesta a la educación convencional. No es propio de la educación en algunos niveles que ocupe un lugar lo lúdico. Por este motivo encontramos en este componente su característica de diverso.

El taller

El taller en lugar de trabajo, esta idea comúnmente lo a asociamos a  lugar donde se construyen, ensamblan o reparan cosas, como una carpintería ó un taller mecánico. En cuanto al ámbito educativo, es una nueva forma pedagógica que procura integrar la teoría y la práctica. Un espacio, en nuestro caso filosófico donde se “aprende haciendo”. Esto implica un trabajo colaborativo, es decir que el fruto de esa labor se forja mediante la interacción con otros. Es un proceso pedagógico en el cual participantes y animadores[9] desafían en conjunto problemas específicos.
Lo atractivo y novedoso de esta propuesta no es sobre la aprensión del contenido, sino sobre  la capacidad de pensar distinto con otros por medio del juego. El juego abre el juego para pensar, y sobre todo pensar con otros.
La propuesta que exponemos desde unas metodóloga llamada Ludosofía es en formato de taller para espacios de educación no formales como sociedades de fomento, hogares, comedores, ó como experiencias dentro ámbito escolar como muestras institucionales (PEI).
La estructura de un encuentro de Ludosofía la componen  una serie de actividades de características lúdicas, en este se busca lograr en los sujetos el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y  cognitivo esencial en su interacción socio-afectiva del trabajo con otros. Constará de un momento propiamente de Juego, y otro, que puede o no estar delimitado, de desarrollo de un pensar filosófico, es decir, que se elabore filosóficamente a partir de la actividad realizada. Lejos está el juego de dar limites sino valga la redundancia de “abrir juego” a nuevas ideas. Para ellos conviene realizar un itinerario que vaya profundizando en complejidad, comenzando por lo más sensible del pensamiento hacia lo más abstracto. La metodología del taller es participativa, creativa, dinámica y holística, es decir, desarrolla capacidades socio afectivas.

¿A quién va dirigido?


Los talleres están dirigidos a cualquiera que se anime a jugar. El requisito es sin duda la “apertura” al pensar filosófico. Si bien conviene que el grupo sea heterogéneo pero con miembros generacionalmente similares. Puede proponerse de esta manera grupo de jóvenes, grupos de edad avanzada, o grupos de niños, de ninguna manera marcada por un número, sino por una realidad de vida.  La riqueza esta puesta en la diversidad dentro del grupo. Mientras mayor sea las condiciones asimétricas mayor será el aporte de los miembros. La enseñabilidad en estos talleres se refiere a la “potencialidad” que tiene la filosofía de impactar en las personas que participen de ellos. El acento esta puesto en esta propuesta en la interacción de los miembros, por sobre encima a lo individual. Por eso será significativo que puedan constituirse grupos con cierta estabilidad.

Propuestas.

Se describen a continuación algunos posibles encuentros:

Taller 1: Ser o No ser.
Drama deriva de dráama, que significa precisamente “acción, negocio, asunto o acción representada”, en este taller se llevará a cavo una dinámica de teatro sobre la metafísica del Ser. Se podrá un conjunto de caretas en el centro del salón y se propone a los participantes que espontáneamente tomen una de esas caretas y se comporten libremente como lo que esa cara exprese. La actividad puede durar entre 20 a 25 minutos según el número de los participantes. En un segundo momento, se plantea brevemente dos enfoques: Categorías Aristotélicas, Ser en acto, ser en potencia, y de Heidegger Ser y Nada (ser o no ser). El tercer momento será una construcción grupal de cómo aplicar estas categorías a la experiencia.
Taller 2: ¿Qué ves cuando me ves?¿Cómo conocemos?
Conocer es tener idea o captar por medio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y circunstancias de las personas o las cosas. En este taller se propone introducir al problema del conocimiento. Se distribuirán los participantes en tres grupos, orientados en una habitación en forma lineal manteniendo distancia entre cada grupo. Se colocará distintos objetos dentro de una caja. Los del primer grupo verán el objeto, intentaran a los del segundo grupo explicar lo que vieron sin utilizar el nombre propio, sino aspecto, color, utilidad. Ellos a su vez intentaran decir a los del tercer grupo en una sola palabra lo que le describieron.  Se exponen brevemente las corrientes del Empirismo y del Racionalismo. El último momento será realizar una producción de cómo aplicar las teorías gnoseológicas a la experiencia del juego a partir de la pregunta ¿Cómo conozco mejor?
Taller 3: “Pastorcito mentiroso”. 
La verdad es la adecuación entre una proposición y el estado de cosas que expresa. Se propone en este taller hacer una competencia. En este taller se propone problematizar la verdad. Se crean noticias para repartir entre los participantes, algunas de estas noticias serán falsas. Se les pedirá a los participantes, sabiendo si su noticia es falsa o verdadera, que cuenten con sus palabras a sus compañeros la noticia, si les creen deben firmarle una hoja. Ganará aquel que haya obtenido la mayor cantidad de firmas, (convenció a varios) más la mayor cantidad de aciertos (haber dicho correctamente si las noticias de sus compañeros eran verdad o mentira). Luego de la dinámica se hará una exposición breve sobre el problema de la verdad, ciencia, mito y filosofía. Sofistas y Filósofos. El tercer momento constará de realizar una producción de relación teórica sobre el juego a partir de la pregunta: ¿Qué es la verdad?
Taller 4: “El pacto”
Un pacto es un convenio o tratado solemne entre dos o más partes en que se establece una obediencia a cumplir. Este taller, propone comprender la dimensión ética del contrato social. Se divide a los participantes en tres grupos. Se pide a uno de los grupos que salga del salón, los que están dentro deben crear reglas de comportamiento para que adivinen los que están afuera, por ejemplo, cada vez que alguien miente todos se paran y se vuelven a sentar, o respondo preguntas como si fuera la persona que tengo sentado al lado. Se expondrá brevemente las teorías de Hobbes y Rosseau para contrastar luego una producción grupal con el juego partiendo de la pregunta ¿Cuáles son nuestros acuerdos?






[1] Friederich Nietzsche, Más allá del bien y el mal, 1886
[2] Cerletti, A, La enseñanza de la filosofía como problema filosófico, Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2008, Pp.45
[3] Cfr Chacón. P, “El Juego Didáctico como estrategia de enseñanza y aprendizaje” Revista Nueva Aula Abierta nº 16, Año 5, 2008.
[4] Huertas Diaz, J. “el juego como problema filosófico” , Revista Signos año 33, n. 2, p. 57-70, 2012
[5] Heidegger,M. “Introducción a la filosofía, Cátedra, Madrid, 1999. Pp 323
[6] Ibid Pp. 328
[7] Ibid Pp. 329
[8] Deleuze, G.: Nietzsche y la Filosofía. Barcelona: Anagrama, 2008, p. 39
[9] Referido a quien lleva delante el taller.